EL ARTE DE TOCAR: manos que escuchan
Nuestra naturaleza humana es sensible al tacto. La piel tiene millones de terminaciones nerviosas para responder al mundo exterior y expresar el mundo interior. El tacto nos conecta, nos informa, nos revela. ¿Cómo tocamos? ¿cómo nos dejamos tocar?
El tacto es una increíble herramienta de protección, de exploración, conocimiento y desarrollo. Pero quizás lo más importante es el impacto emocional que provoca: el organismo completo responde a su contacto y despierta un cúmulo de reacciones, sensaciones, sentimientos y memorias, de una manera rápida y directa. “El cuerpo siempre dice la verdad, nos revela”, decía Marion Rosen, la fundadora del Método
¿Cómo ha sido tu experiencia con el tacto? ¿qué lugar ocupa en tu vida de hoy?
El Método Rosen ha desarrollado un “arte de tocar”: una manera sensible, refinada, suave y respetuosa que permite que esta herramienta natural ayude a sentir lugares olvidados, dolidos, guardados en el cuerpo en forma de tensión crónica.
El contacto Rosen toca a la persona en su totalidad física y emocional, escucha lo que hay detrás de un músculo tenso o de una zona dormida y apagada; acompaña en el viaje al interior para explorar y recuperar sensaciones, sentimientos y memorias que en su momento no pudieron expresarse y que incluso ahora se ignora que están allí.
Es un trabajo de integración orgánica y de profunda restauración emocional.
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