La importancia de sentir

Estamos hechos para sentir: sentimos frío, hambre. dolor ; sentimos ansiedad, temor, alegría, sentimos el amor, compasión, atmósferas ligeras o tensas; percibimos muchos más de lo que nos damos cuenta. Y si contamos con esta amplia y profunda sensibilidad es porque és  importante para nuestra supervivencia y bienestar, para nuestra existencia. En el cuerpo no hay nada superfluo o casual, todo tiene una función y una necesidad de existir. ¿Cuál es la de sentir?

La vida se expresa sensiblemente, ése es su primer lenguaje y nosotros lo captamos y nos relacionamos con ella gracias a nuestro refinado y complejo sistema sensitivo. Vida y cuerpo están siempre en el presente, allí es donde se encuentran, en un espacio y en un tiempo específico. Nuestros sensores nos informan de todo lo que sucede fuera de nuestra piel y dentro de nuestra piel; de esta manera “nos conectan” interna y externamente y lo hacen para “saber” lo que sucede y “nos sucede”. Sentir es entonces Saber y este saber nos orienta, guía y protege.

El Método Rosen de Movimiento y de Contacto busca conectarnos nuevamente con nuestro  universo sensorial, experiencial, hacerlo consciente.  Pone su atención en los mensajes corporales que revelan nuestra manera de sentir y expresar, nuestra manera de relacionarnos con el mundo, nuestras “posturas” ante la vida. Esta conexión interior amplía el conocimiento de nosotros mismos, nos muestra cómo cuidarnos mejor, nos enriquece como seres humanos y nos ayuda a tomar decisiones más acordes con quienes somos. Nos invita a interactuar más armoniosa y gozosamente con nosotros mismos y con los demás.

¡Valoremos nuestra capacidad de sentir!