PAUSA Y MOVIMIENTO. Recuperar el equilibrio corporal. Segunda parte.

PAUSA Y MOVIMIENTO. Recuperar el equilibrio corporal. Segunda parte.

La pausa es un regreso a “casa”, a tu centro. Es un momento para volver a ti mismo, recoger las redes de tu atención y devolverlas a su lugar de origen: tu interior.

No se trata solo de reflexionar sobre lo realizado, evaluar las acciones o planear. No, es mucho más que eso y más profundo. Es sentir tu centro, conectarte con ese espacio neutro donde habitas, donde “no haces”, sino “eres” y en ese “no hacer” tu organismo se restaura: se amplía la respiración, la musculatura se relaja, y las células se nutren, reparan y renuevan.

Cuesta trabajo darse cuenta de todo esto, porque sucede al margen de la voluntad y del control. Pero cuando entras en la pausa y percibes este proceso, la calidad de la restauración se multiplica con tu atención y aprecio.

El movimiento que surge de la pausa es más claro y preciso. Lleva toda la fuerza de un cuerpo restaurado, con músculos relajados y articulaciones sueltas. Hacerlo consciente es una acción más efectiva y menos esforzada. También el movimiento es una oportunidad para conocerte más: ¿lo haces con prisa, pensando en otra cosa, deseando que se acabe?  O ¿lo percibes, disfrutas y conduces? ¿Crees que si lo repites mil veces será mejor, que si duele estás haciéndolo bien? O ¿lo acompañas en su trayecto, respetas el límite y exploras sus posibilidades?  ¿Que aprendes de ti  ¿imiento es una oportunidado,respetas ellbes, disfrutas y conduces? ¿Crees que silo reppitesa través de tu movimiento?

Marion Rosen, fundadora del Método que lleva su nombre y que practicamos en Veredas, decía que sólo desde la neutralidad, desde el centro, se cuenta con toda la capacidad corporal disponible. Ella desarrolló un método que valora y aprecia la estructura natural del cuerpo, que no busca ir más allá de ella, sino que explora y respeta sus límites, y funciones. La meta es vivir gozosamente el movimiento simple y cotidiano, y hacer de la vida diaria una danza. En sus clases, el movimiento y la pausa están en equilibrio, como una fuente que se recarga continuamente para seguir fluyendo, sin excesos, sin exigencias ni prisas. En un ritmo que respeta el del propio cuerpo y que se apoya en secuencias musicales. Es este el movimiento que rehabilita y sana.

En la pausa y en el movimiento tienes la oportunidad de ampliar tu percepción, recuperar tu equilibrio interior y desarrollar la conciencia de ti mismo.

¡¡Bienvenido a la conciencia corporal!!